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miércoles, 19 de agosto de 2015

La Calidez. Parte 17

Debía estar cansado por que al parecer e dormido casi el vuelo completo en su totalidad, pero tengo la extraña sensación de no haber parado en todo el sueño.

-        Ey bienvenido!!
-        Hola amor, ¿ya vamos a tomar tierra?
-        Si ¿hoy el vuelo se te habrá pasado rápido?
-        Podría acostumbrarme a viajar así
-        Yo estuve casi todo el viaje de charla con Juliana, es una mujer espectacular, un placer conocerla, habrá que probar alguna de sus recetas, aunque las que me dio no son solo para la cocina – una risilla se escapa de entre sus labios – ponte el cinturón.

Cinturón puesto y comienza el aterrizaje,  a pesar de haber dormido todo el viaje me siento tremendamente cansado, el cuerpo me esta pidiendo a gritos una buena ducha, una ración de café y algo de desayuno.
Primero habrá que recoger las maletas.

-        ¡Buenos días! se a despertado el principito, que bien duermes hombre – a Juliana no se le escapa una
-        Je,je, no se me da mal lo de dormir no, ¿que tal el vuelo?
-        De lujo, tienes una joya a tu vera, cuídala
-        No dudes que lo intento
-        Eso dice.

Su cara risueña y juvenil, a veces se transforma con tremenda dureza, siendo un rostro que impone un gran respeto, es increíble a pesar de sus habituales formas dulces, ver como todo el mundo la trata con gran quietud y amabilidad.

-        ¿Bueno y ahora que os toca aquí?
-        Hoy recoger el coche y bajar al sur, mañana papeles y después habrá que ver que formalismos hay que dejar atados, seguro que visitaremos la familia y cuanto antes volver a coger vuelo de vuelta.
-        Os dejo nuestro teléfono y cuando estéis medio libres llamarnos, tenemos intención de recorrer el litoral de Andalucía, así que posiblemente estemos muy cerca.
-        Claro, eso esta echo.

Aplausos tras tomar tierra. Una pequeña espera mientras todo coge su curso y momento de abandonar el avión, la masa se mueve uniforme a la vez que tosca en busca de su anhelado destino.
Mientras las cintas giran desiertas puedo escuchar el sonido de las palabras que emiten todas las personas allí presentes, pero me encuentro en un estado de introspección, que solo escucho eso, sonidos, sonidos inentendibles,  fuera de todo sentido para mi, todo sucede, y sucede estando o no estando atento. Cuando vuelvo ligeramente a la realidad, Juliana esta dándome dos fuertes y cariñosos besos, al igual que hacen  por su parte Aruna y Rhodes.
Esta vida esta llena de despedidas, a veces despedidas que uno espera, otra despedidas que llegan de improvisto, y dejar Juliana atrás siempre es una sensación ligeramente triste, su enorme energía vital siempre te llena de positivismo y buena actitud para afrontar lo que venga.

Aunque hoy, he de reconocer, que estoy algo especialmente denso. La vista se turbia y pierdo perspectiva, sin motivo aparente.

Todo comienza a parecerme desconocido, sin saber porque me cuestiono la realidad a mi alrededor, es como si mis ojos jamás hubieran presenciado una situación semejante, ¿dónde estoy? una perturbadora inseguridad recorre cada ápice de mi, una fuerte sensación de debilidad que va minando cada uno de mis pensamientos.
Necesito aire puro. Poder respirar entre el frescor de las plantas. Después de unos meses rodeado de selva, el cemento, las luces fluorescentes y los aires acondicionados, duelen.
¿No será tan solo una pesadilla? ¿seguiré mucho tiempo mas sin despertar? ¿o es que en realidad todo lo anterior solo fue un dulce y placentero sueño?

Todo sigue su curso inexorable, las maletas llegan, la masa va perdiendo consistencia, y solo unos pocos vamos quedando a la espera, todos van recogiendo sus pertenencias y llegado el momento quedo esperando ante una cinta vacía en la mas completa soledad. Una maleta raida por el tiempo y mil golpes, aparece entre las cortinas plásticas que separan en dos mundos aquel espacio, sin dudarlo me inclino para agarrarla a pesar de no reconocerla como propia, esta toda cubierta por pegatinas de mil destinos diferentes, y en medio, una frase, sencilla y concreta:

“ PHILIPPE: NUNCA PARES DE SOÑAR ” Aruna.

Aruna, ese nombre resuena con una fuerza inexplicable en mi interior, una sensación de amor infinito recorre todo mi ser, pero una oleada de dudas ataca con fiereza mi percibir, centrándome nuevamente en ordenes mecánicas que salen de mi mente y con la maleta bien agarrada en mi mano, mis pies parecen conocer mejor que yo el rumbo de mis pasos. Quizás esta noche, cuando acabe con todas las obligaciones, pueda seguir soñando.


La Calidez. Versión Completa
Wald Elfi

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