Bienvenid@s a el Baúl de Elfi, un lugar donde explorar el erotismo y la sensualidad con los cinco sentidos.

lunes, 23 de febrero de 2015

La Calidez. Parte 10

Delicado, muy delicado, su mano acaricia con una suavidad angelical mis cabellos, mientras sus labios cargados de ternura depositan un maravilloso despertar sobre los míos, abro los ojos, puedo ver esa cara plena de travesura.
Me invita a tomar una ducha con el, sino prefiero comenzar directamente con un bocado de fruta. Reclinándome sobre la cama puedo contemplar una escena que excita tremendamente todo mi cuerpo, Bianca tumbada sobre la gran y baja mesa cubierta exclusivamente por bocados exquisitos de fruta nos esperaba para servirnos el desayuno sobre su piel.
Con un tremendo beso le di a mi amor las gracias por tan gratificante y energético manjar.

-        Que tal por el rió?
-        Fantástico como siempre......vi la fruta, Bianca, te recordé......espero lo disfrutes.....
-        Por supuesto mi vida!!

Saltando como una gacela, Aruna sale apremiándose hasta encontrarse justo delante de Bianca, dejando las manos en la cintura, contonea su cuerpo con provocación, su sonrisa aumenta sin parar y sus dientes muerden su lengua con impaciencia.

-        Estas tremenda amor!!
-        Toda para ti corazón....aunque si quieres le dejamos un poco a Philippe, seguro tendrá apetito
-        Que abras echo con el, sinvergüenza... – expreso Aruna en tono jocoso
-        Nada que tu no hicieses....

Las carcajadas salen explosiva de ambas, Aruna con premura, se arrima colocando las manos sobre el cuerpo de Bianca, tratando de contener la fruta sobre el palpitante cuerpo. Unen sus labios, susurrando Aruna unas mudas palabras sobre los labios de su ardiente partenaire.

-        No tardes mucho
-        No dudes que no lo haré...si quieres puedes ir empezando mi vida

Su guiño es una señal inequívoca de que la invitación es real y mi estomago me indica que un poco de fruta me vendrá muy bien.

Un poco de suave mamao es sin duda el bocado perfecto para romper el ayuno de la noche y la larga mañana, en ningún lugar del mundo sabe la papaya como en Bahía, bueno quizás en Rió Grande do Norte, además lo he colocado sobre los lugares mas inocentes, lo picante se lo dejare a mi gata.
No llego a introducir por completo el dulce pedazo en mi boca, cuando siento la mano de Aruna apoyarse sobre mi espalda, con el pelo recogido y tras haberse lavado la cara con un poco de agua fría, esta allí dispuesta a dar inicio a nuestro sexual desayuno, por llamarlo de alguna manera ya que es mas bien la hora del almuerzo.

-        Hoy no estoy muy paciente, me voy directa por tus tetas
-        Como quieras corazón, estoy toda para ti, para ustedes...

El primer bocado va ser un poco de piña fresca, una fina rodaja rodea por completo su oscuro pezón, el apetito aprieta, antes del juego necesito comer un poco. Abriendo por completo mi boca absorbo la rodaja, jugosa y dulce, humedece la totalidad de mi boca despertando mis sentidos.
Philippe por su parte se deleita con bocados colocados sobre su estomago, variedad de frutas, cortadas con cuidado y depositadas con una tranquilidad solo al alcance de diestros practicantes de los juegos del amor, acostumbrados a disfrutar con los placeres más humanos. Sus ojos buscan mi rostro, buscando mi permiso para continuar por los reinos de la excitación. Acercándome para besarlo le invito a despejar el sexo de nuestra ardiente bandeja. Quiero verle penetrarla, darla placer, quiero ver mi hombre satisfaciendo los instintos mas salvajes de tan sensual mujer.

-        Esta todo riquísimo, que dicha teneros, sois magníficos!
-        La fortuna es tenerte con nosotros

Los labios de Aruna, tras dejar mi boca continuar deleitándose con tan energéticos frutos, vuelven aferrarse en la labor de despejar los suntuosos pechos de nuestra compañera de aventuras. Absorbe cada pedazo con ferocidad devorando cada rastro de fruta, divirtiendo su lengua en el ardiente placer de retozar con los duros pezones de sabor tropical.
Baja hasta mi altura, un bocado de plátano, otro de mamao, un encuentro con mis labios, una sonrisa cómplice, un roce de lenguas, pasión a punto del desenfreno.
Justo entre sus piernas comienzo a derramar miel de cacao sobre largas tiras de banana, un bocado delicioso, prohibido para el paladar de mentes cerradas y frías. Es verme verter tan dulce néctar y devolver su boca al alcance de la mía, juntos comenzamos a devorar nuestro exclusivo desayuno.

-        Da un gusto comer con estas ganas
-        Devóralo todo mi vida, es delicioso sentir la miel recorrerme

La lengua de Philippe, se esfuerza en recuperar cada gota que cae por la intimidad, en búsqueda de los rincones mas placenteros del cuerpo de nuestra amante. Nunca pude imaginar el goce que me daría verlo en semejante situación, pero un ardor me recorría sintiendo como si cada golpe de su lengua fuera directo sobre mi, recordando mi cuerpo todas las caricias de su lengua en el pasado.
Mientras Bianca comienza agitarse con levedad, voy devorando cada pedazo de fruta por su vientre, en búsqueda de tan maravillosa miel, el primer bocado que junta los sabores de la fruta y el néctar en mi boca, me hace notar la humedad de mi vagina. Sigo saciando mi apetito, con las estupendas tiras de plátano que aun ocultan el excitado y caliente sexo deseoso de mas, mucho mas.
Nuestras bocas se encuentran de nuevo en un juego salvaje y delicado, limpiando el néctar, provocando a los sentidos. El calor va subiendo implacable, la cercanía de nuestros cuerpos crea un torrente penetrante de intenso ardor. Una, dos, tres, dejo la ultima para el, ahora solo quiero sabor, juntándome en su juego, deslizo mi lengua tras las huidizas gotas que pugnan por entrar en su intimidad.
Atento, Philippe desliza un par de dedos desde abajo, devolviéndolas al alcance de mis labios, sus dedos directos hasta mi son una tentación difícil de no morder, nuestros ojos conectan mientras saboreo los sabores que se encuentran en el, soltando los dientes me dedico a succionar y mamar sedienta. Rozo su dura piel por mis dientes, mi lengua se desliza entre sus dedos, separándolos, hundiéndolos en mi boca, saboreando cada resto, cada detalle y creando ganas, ganas de mas.

-        Acércate vida, quiero mas néctar....

Cojo la jarra de néctar y vierto sobre el miembro erguido de Philippe unas gotas de tan preciado manjar, para seguir saboreando en mi boca tan exótico placer. Succiono poco a poco, rodeo con mi lengua, buscando entre cada pliegue, entre cada rincón oculto el mas mínimo rastro de tan delicioso néctar, con pequeños lametones sin dejar ninguna parte sin ser chupada, cada vez mas voluminosa, va ocupando cada vez mas espacio dentro de mi boca, teniendo mas donde repasar y gozar, largos lenguetazos de arriba hacia abajo y de abajo hacia arriba, con un una especial dedicación en el capullo, que siempre gusta de una profusa succión. Siento como dentro de mi boca comienza a vibrar, siento como por su venas corre ardiente su sangre, sus latidos en mi boca me avisan de estar mas que preparado para dar placer en la gruta ardiente de mi querida amiga.
Muerdo certera el ultimo pedazo de plátano depositado sobre su clítoris, dejo que mis labios se diviertan con la sensación de su calor en mi boca, mientras paladeo la combinación de sabores, la beso con insistencia, su vientre tembloroso indica lo eficaz de mis actos. Se frota contra mi buscando mas, queriendo mas, sus manos en mi cabeza presionan declarando abiertamente sus intenciones, para que luchar, mejor continuar, darle mas, sentirla mas, amarla mas.


Ágil como su cualidad felina le otorga, Aruna gira su cabeza en un grácil movimiento, despegando tan solo un segundo su boca del sexo húmedo de nuestra amante, para  indicarme con firmeza:

-        Penetrala!! Ahora!! Hazla sentirte mi amor!!

Agarrando con su delicada mano mi provocado miembro, coloco precisa la punta donde se dilataban los pétalos de tan hermosa flor, su interior candente me abrasaba la piel, podía sentir como las paredes de su coño apretaban buscando succionarme.

-        No me hagas rogar – como un suspiro roto salió de la garganta de Bianca
-        Empuja mi vida!

Con un golpe seco, hundí por completo mi polla en su suplicante sexo. Un frenético e impulsivo vaivén tomo control de la situación, proporcionándole una serie de profundas y potentes sacudidas, el contacto de nuestros cuerpos creaba un palmeteo constante que animaba aun mas el aliento de Aruna que comenzaba a tocarse su sexo presa de una excitación insaciable, mientras compartía su lengua y su boca con nuestra caliente compañera. La imagen de ambas entregadas a la pasión de su cuerpo, azoraba mis movimientos, Bianca rompía la tranquilidad del medio día de la selva con un potente gemido, continuado por convulsivas agitaciones, que apunto estuvieron de lograr exprimir cada gota de semen de mis testículos.

El despertador musical había sido programado con anterioridad por Aruna, que no soportaba la idea de dormir mucho de día, para ella el sueño se recupera en la noche, la potente y alegre música de Ray Charles comenzó a llenar el ambiente de su magia, I´ve Got a Woman es de esas canciones con la enorme gracia de llenarnos el espíritu y hacernos danzar en una explosión de felicidad. Su aparición en este momento, sin duda una delicia.

Verla danzar, llena de vida, frente a mi, hace que me levante para besarla con frenesí y acompañarla en sus sensuales a la par que divertidos movimientos. Las risas se apoderan de Bianca, que rápidamente nos acompaña en tan apasionante baile.  Nuestros cuerpos liberados intercambian caricias y coqueterías, plenitud y goce.



Me toca, es mi turno, voy por el, lo reto con las piernas, un cruce, una apertura, le rozo con mi sexo sobre sus poderosos músculos, agarro su miembro, le masturbo suave, le subo la piel y vuelvo a bajársela,  me encanta hacerlo suspirar, si suspirar. Su labio carnoso me esta pidiendo que lo muerda.

-        Listo o no, me tocas amor.....
-        Para ti siempre mi vida

Le muerdo, le beso, quiero comerme su boca, nadie jamás derritió la mía con tanta facilidad, solo un beso para hacerme suya, dos para desvanecerme. Situándome de rodillas sobre la alfombra, le expongo exuberante todo mi sexo, arqueándome mientras me contoneo, Bianca siempre dispuesta, agarra con firmeza mis nalgas, separándolas, manoseándolas, mostrándole a Philippe claro y despejado el camino, con una confianza propia de quien a recorrido incluso a ciegas ese camino, me penetra seguro y  medido, ni rápido ni lento, justo, exacto, casi matemático, con la velocidad que mi cuerpo pide, para sentir cada paso, cada contacto. Una vez conquistada mi sima, el resto de mi cuerpo le pertenece, es suyo, para su disfrute.

-        Vamos corazón, haz gritar nuestra hembra – colocándose tras Philippe, Bianca comienza a empujarle desde sus nalgas, provocando que la erecta y vigorosa sexualidad masculina, penetre con violencia chocando con lo mas hondo de mi interior. Su boca traviesa devora el fornido cuello de nuestro semental, dejándole un rastro de oscuros chupetones, las lobas siempre marcan su territorio.

Un conjunto de destellos se empiezan agolpar en el interior de mis retinas, convirtiendo la oscuridad en luz y desconfigurando el mundo real, lo puedo sentir arder dentro de mi, las paredes de mi interior se queman con su contacto, vibran salvajes, a cada golpe y embestida. El momento que su chorro cálido, abundante, y aun mas penetrante semen entra en mi, una contracción brutal recorre los músculos de mi estómago, mi interior no da mas de si, gimo, suspiro, mis manos se agarran con una fuerza inusitada en su marcado cuello, la tensión de mi cuerpo reacciona soltando por cada poro de mi piel un sudor cargado de feromonas.

Y de nuevo silencio, los cuerpos, rendidos, extasiados, descansan apiñados buscando recomponer los sentidos, recuperar el aliento, después de calmada la sed. Un momento de pausa, no demasiado largo cerca de la hiperactiva Bianca.

-        Chicos tenemos mucho que montar, así que a la ducha pero de uno en uno – la cómica expresión y el dictador dedo que nos apuntaba hizo que las risas brotaran de los tres.
-        De acuerdo, pues empiezo yo que la lista de pedidos es un poco larga

Las dos no pudimos evitar piropear sus bellas, poderosas y bien puestas nalgas, mientras nos daba la espalda para ir al baño, sus graciosos contoneos no hicieron mas que permitir subir un paso mas nuestra complicidad y buen humor.

Ver parte 9

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Wald Elfi



jueves, 19 de febrero de 2015

La Calidez. Parte 9

Muy despacio, con un movimiento tenue cada pieza de fruta, previamente lavada y adecuada para su uso concreto, va ocupando su lugar exacto sobre la bronceada, suave y embriagadora piel de nuestra preciosa bandeja humana....

Mucho tiempo atrás durante el inicio de nuestra relación, Aruna y yo tuvimos el lujurioso placer, durante un singular viaje por el gran estado de California de experimentar en un coqueto y discreto restaurante japonés de la ciudad de San Francisco con las ancestrales tradiciones conocidas en Japón por nyotaimori y nantaimori, todo un evento erótico-gastronómico, en un lugar especial y diferente donde conjugar el respeto y la curiosidad tutelados en todo momento por el increíble talento culinario de los magistrales chef orientales. 
Poder disfrutar de tan mágico momento los dos completamente en intimidad con nuestras gustosas bandejas humanas y nuestro singular maestro de ceremonias fue una experiencia asombrosa y difícil de olvidar.
El inicio de la sesión lo imprimiría una demostración de shibari sobre nuestra modelo femenina, este peculiar arte japonés donde las cuerdas de cáñamo se encargan de abrazar y realzar las curvas del delicado cuerpo humano de tan singular bandeja, ayudándole a permanecer de esta manera en una total inmovilidad.
Flores y hojas de banano entretejidas con suma delicadeza servían como plato de la primera demostración de delicias orientales las cuales comenzaron a decorar profusamente la anatomía de nuestra fuente viviente.
Era duro resistirse y seguir comiendo ante las alegrías que aparecían ante nosotros. El apetito y el buen sabor hacían mas fácil continuar calmadamente con la velada. Los manjares dejan al descubierto nuevos manjares insinuantes. 
Un refinado strip-tease va tomando lugar a medida que se saborea la comida. Dejar al descubierto un pezón, el ombligo...... rozar los palillos por la piel cercana a zonas sensibles, ver como las sonrisas surgen de tan hermosa bandeja va provocando que la complicidad comience a flotar en el ambiente. Sutiles cosquillas son provocadas cuando nos acercamos a la entrada del canal de la pelvis, a continuación una vulva completamente liberada de vello servia de reposo a unas deliciosas colas de langostino.




Una vez acabado gran parte del festín, el curioso maestro de ceremonias nos invitaba a un té de jazmín y dejaba al descubierto la segunda parte de nuestro singular banquete, corriendo un hermoso biombo con motivos de naturaleza oriental, sobre un cuerpo masculino bastante vigoroso estaba presente nuestro particular postre, el ofrecimiento para jugar con la bandeja desboco los instintos mas pasionales de Aruna, la cual dejando atrás los recatos y los palillos lanzo su boca directa hasta las mas insinuantes miniaturas de delicias orientales que reposaban en tan varonil recipiente, la gran variedad de dulces y pasteles de la cocina nipona se exponían ante nuestros golosos y dispuestos sentidos.
Nunca la había visto mostrarse con semejante descaro, nuestra relación era la habitual del común de las parejas y una situación como esta era totalmente impensable, pero sin embargo el morbo de verla acercando una y otra vez sus labios hasta la piel de nuestro casi imperturbable tesorero de delicias orientales, excitaba mi miembro comenzando este a crecer irremediablemente en el interior de los pantalones.

Su boca se afanaba en absorber las magnificas y tan bien realizadas pastas de arroz cubiertas de un cálido baño de chocolate que nuestro chef privado había colocado con esmero sobre los fornidos pectorales del escultural modelo. Tras la ingesta de tan provocador bocado, volvía a bajar hasta el mismo lugar, para lamer y no desaprovechar cada gota del húmedo chocolate.
Las diferentes golosinas que bajaban por su estomago fueron siendo devoradas con ferocidad y premura, dejando los músculos abdominales en completa disposición para los mordiscos y lametones de tan salvaje mujer.
No podía casi gestionar pensamiento ni movimiento alguno, la tremenda escena que me regalaba Aruna exaltaba por completo mi ser. La con anterioridad imperturbable bandeja perdió su relajación ante la acometida de mi poseída hembra, su entrepierna comenzaba a vibrar de manera mas que perceptible, provocando una notable rubor en su rostro, ya que supuestamente es gente preparada para tan peculiar evento, algunas de las delicias que estaban estratégicamente sobre su grueso miembro comenzaron a rodar quedando paradas a ambos lados de su cuerpo.
Haciendo un uso magistral de los palillos, nuestro anfitrión, volvió a devolverlos a su lugar original. La sátira sonrisa que se veía en sus ojos mas que darme seguridad inquieto un poco mis excitados pensamientos.
Volviéndose Aruna hacia mi, dejo en el interior de mi boca una pasta verde de increíble sabor que venia directamente de los testículos de tan peculiar bandeja. Perdidos los tabúes iniciales comencé a participar de tan exquisito deleite.
Las risas y los comentarios cómplices de mi excitante dama me invitaban a perder completamente mis miedos y dejar las formas y los palillos atrás. La anterior bandeja femenina fue liberada de sus ataduras por parte del maestro de ceremonia, acercándose hasta mi para participar conmigo de las delicias allí presentes.
La excitación caldeaba con insistencia el ambiente, creando un entorno ideal para la sexualidad.
Un apasionado beso de Aruna con nuestra dulce bandeja provoco el pistoletazo de salida a un frenesí carnal.
Las manos de la bandeja femenina, una espectacular representante del gran país del sol naciente, de piel tersa e inmaculada, comenzó a llevar las delicias que descansaban sobre la sexualidad de su compañero hasta mi boca, intercalando con unos húmedos y tiernos besos, labios calientes y gordos que se adherían con una agilidad sublime sobre los míos.
Aruna irracional y pasional, acercaba su boca hasta las nuestras comenzando un salvaje beso a tres bocas, pasando del uno al otro indiscriminadamente en un juego díscolo, delirante, febril.
La bandeja masculina, también de origen nipón, rompía la mitología popular entorno al tamaño de sus herramienta sexual, gruesa y bien formada, mostraba un tamaño algo superior a la mía en plena erección y todavía se mostraba en estado de reposo. Permanecía completamente inmóvil debido a las buenas ataduras que se habían realizado sobre el, tras un largo y caliente intercambio de besos y caricias, Aruna y su nueva amiga bajaron al unísono con el principal fin de dejar completamente despejado al cuarto participante de nuestra inesperada orgía.
Sus bocas se afianzaron en un soberbio trabajo en la entrepierna de la suntuosa bandeja, que comenzaba a excitarse de manera evidente.
Era una sensación completamente nueva, la imagen de mi pareja devorando muy lentamente cada rastro de alimento que quedase sobre la anatomía masculina me excitaba de una manera desconocida, sus ojos buscaban con constancia los míos, tras lamer levemente el miembro que comenzaba a erguirse irremediablemente, su mirada no se hacia esperar. Mi respuesta cómplice, la invitaba a continuar con mayor naturalidad.
Las delicadas y sutiles manos de nuestra pequeña compañera, recogían el pelo de Aruna facilitándole que ella pudiera saciar sus apetitos de varón, mordía lenta pero intensamente, reaccionando la gruesa verga que palpitaba frenética. Los lametones se extendían desde la punta hasta la base en un movimiento rítmico y medido.
Abriendo su boca, comenzó a introducir lenta el gordo capullo en su interior, me impresionaba muchísimo esa imagen, ver otro hombre saciando los instintos sexuales de mi hembra era una situación realmente morbosa y excitante.
Seguía introduciendo cada centímetro dentro de ella saboreándolo lenta, sin ninguna prisa. Jugaba con la punta del creciente miembro dejando a sus manos el trabajo de acariciar y masturbar el grueso tronco,  los largos dedos de Aruna no alcanzaban a rodearlo por completo y se ayudaba de las dos manos al mismo tiempo para proporcionarle mayor placer.
La sutil japonesa, comenzó a empujar la cabeza de Aruna con fuerza obligándola a introducir una gran cantidad  en su boca, aunque en primer momento se mostraba reticente y pugnaba por no ceder, acabo tragándola casi en su totalidad.
Tras ceder el empuje y liberar el interior de su boca, tomo una profunda bocanada de aire y expuso una amplísima sonrisa, se la veía plena, cargada de energía. Agarro con firmeza mi cinturón levantándome de la cómoda silla y atrayéndome hacia ella, con un ágil movimiento de manos soltó la hebilla y a continuación los botones de mi vaquero, en un coordinado ataque desde ángulos diferentes, la japonesa comenzó a tirar desde atrás de mis pantalones dejando mi cuerpo desnudo al descubierto, el uso de ropa interior no es que fuese muy común en mi.
La violencia del ataque aumento en cuestión de segundos, mientras se situaba nuestra sibilina compañera en la zona trasera de mi cuerpo rozando y frotando su piel contra la mía, sus pequeños y turgentes pechos presionaban contra mi espalda, el roce de sus duros pezones conseguía excitar aun mas mi calenturienta mente, deseaba morderlos con dureza, los labios de mi dulce dama, se posaron con suavidad y ternura sobre mi boca, el sabor a sexo era mas que notable, y en esta ocasión no era sabor a mi.
Sus bocas casi coordinadas, comenzaron al mismo momento a besar y lamer mi piel, cada una situada a un lado de mi cuello comenzaron a devorarme con ímpetu, descendiendo al unísono por cada hombro, la una delante, la otra detrás, Aruna bajaba hasta mis pezones, donde juguetona, mordía y tiraba de ellos, no es que estuviera excitado, es que el fuego de mi interior surgía del interior de cada una de mis células.
Los besos húmedos a lo largo de mi espalda eran evocadores y reconfortantes, sus manos cálidas sobre mis nalgas empezaron a presionar sobre mis glúteos relajando las tensiones acumuladas en el largo viaje.
Los labios de Aruna pasaron con rapidez por mi vientre hasta llegar sin parada previa a mi erecto miembro, con voracidad extrema, la introdujo completamente en el interior de su boca, lamía friccionando brutalmente su lengua contra mi glande, la punta recorría apretando con intensidad hasta llegar a la base y morder como si llevase toda una semana sin probar bocado.
Una eléctrica sensación llego hasta mi cerebro, separando mis nalgas con firmeza, una húmeda calidez presionaba sobre el orificio de mi ano, pude observar gracias a la estratégica colocación de varios espejos, como hundía su rostro entre mis glúteos, lamiendo con pasión, mostrándome un nuevo mundo de impresiones.  La firmeza y humedad de su lengua era un placer inexplicable, desconocido. Como un resorte, la tremenda erección, vibraba en la boca de una mas que agradada Aruna.
Sin perder ocasión, se situó en la posición adecuada para que mi miembro penetrase con facilidad en el interior de su mas que nunca caliente y acuosa flor.
Era un glorioso deleite  tener mi miembro hundido en su profundidad, al momento que la lengua de nuestra diosa oriental penetraba sutilmente el interior de mi nuevo punto del placer, salía y entraba, entraba y salía, dilatándose de forma natural, pudiendo entrar cada vez un poco mas. El tamaño de mi miembro alcanzaba una extensión descomunal, parecía a punto de reventar en el interior de mi caliente mujer.
Sin posibilidad de vuelta atrás, un fino y puntiagudo dedo empezó a romper la soledad de mi desconocido orificio. Las embestidas que realizaba en el sexo ardiente de mi sublime compañera eran brutales, la agarraba con firmeza de las caderas, empujando tenaz, metódico, tocando las teclas exactas que embrujan el deleite de una mujer. El dedo en mi interior provoco la mas tremenda corrida, manaba de mi interior la mas copiosa explosión que yo recordase, al mismo momento que Aruna detonaba en un apoteósico orgasmo. 
Las continuas caricias que procuraba el maestro cocinero a mi ardiente mujer en sus pechos no me preocupaban lo mas mínimo, al contrario de lo que yo esperaba de mi mismo, en ese momento una nueva erección relucía en mi entrepierna. Se agacho hasta su oído para comentarle algo que no pude entender, en ese momento con una picardía lujuriosa saco mi virilidad de si para volverse hasta mi besándome con una entrega de dos recién enamorados.

-        Gracias mi vida – salió de entre sus labios como un quejido.
-        A ti por existir, te amo.

Su rostro, con una expresión angelical, se dirigió hacia el observador impasible, hasta entonces, que era nuestra bandeja de postres. Su voluminoso miembro, permanecía completamente erecto gracias al espectáculo que observaba, tras un par de profundas succiones y lubricarlo adecuadamente, se sentó a horcajadas sobre el dejando sus piernas colgando a ambos lados de la estrecha mesa donde descansaba nuestro recipiente de excepción, introduciendo completamente tan notorio aparato dentro de si, su cara, desencajada, reflejaba la tremenda sensación de goce que estaba viviendo.
Tiempo después conversando sobre aquella maravillosa experiencia, las palabras de Aruna definiendo el momento sublime eran pura sexualidad:

-      No podía creer el encontrarme en una situación con una magnitud tan elevada de excitación. Como si de un sueño que cobrase vida se tratase, la cantidad de emociones y sensaciones que me llegaban eran de otro mundo. Dominadora del momento, cabalgaba cual amazonas sobre tan bella bandeja.
Después de deleitar nuestro apetito con tan sublimes manjares, los cuales aun me relamía gracias a los sabores y aromas que permanecían en mi boca, sin recelos, siento como todo su miembro me pertenece, es mi momento, lo necesito. Una guinda perfecta a tan magnifico banquete.
Alucinada con la situación, la sensación fascinante de un oriental tan bien dotado y formado es algo maravilloso. El poder deleitarme con total libertad, sabiendo que todo quedara siendo un secreto entre dos cómplices amantes, la privacidad otorgada por las finas paredes, ayudaba a encontrarme con los placeres mas absolutos.
Quería morderle desde mi interior, las paredes excitadas apretaban su potente masculinidad, una profunda riada nos empapaba, los cálidos fluidos dan paso a convulsiones involuntarias que dan fin a un nuevo y electrizante orgasmo.
Debido a la frenética situación no fue solo uno, si no que un segundo y aun mas eléctrico orgasmo recorrió cada rincón de mi ser.
Mi interior se inflama y se rellena una gran parte de mi, percibo como esa voluptuosidad interior esta a punto de soltar su mana. Nuevas convulsiones se abren paso en mi, sobreexcitada.
La fama de control de los orientales es mas que merecida, su enorme capacidad de aguante ayuda a establecer un melódico ritmo, movimientos lentos, recreándome en cada gramo de sensación, aprieto mi sexo hasta ejercer una presión con la cual el oriental no pueda aguantar mas.
Veía tu atenta mirada, siento tu complicidad en medio de la mas morbosa de las situaciones que me había encontrado jamás, la expresión de tu rostro mostraba una excitación incalculable mientras disfrutabas de las delicadas manos de tu efímera amante. Mientras realizaba un delicado movimiento de sube y baja en la piel de tu miembro, hundía cautelosa pero inmisericorde un dedo en ti, para mi hasta entonces, tu ano era virgen, a partir de ahora mi hombre será completamente mío. Nunca habíamos jugado con ello y verte ante mi entregado de esa manera era aun mas excitante si se puede.
Nuestro inquieto maestro de ceremonias no perdía oportunidad para alterar el orden de lo establecido. Liberando ciertas ataduras, permitió que el movimiento de caderas de mi casual amante fuera mayor aun.
Una detonación incontrolable en mi interior fue el punto cumbre de tan notable encuentro. Desfallecida y triunfante, mi cuerpo se conectaba con la magia del universo para llevar mi mente y mi alma a un plano de plenitud total.



Pero hoy era otro momento, bastante diferente, mi recién creada obra de arte deseaba impaciente que nuestra querida Aruna saliese de la cama y encontrara su delicado pero contundente desayuno......






Wald Elfi

sábado, 7 de febrero de 2015

La Calidez. Parte 8

La mañana pasa veloz, a pesar de solo haber dormido unos minutos tras el apasionado, intenso, explosivo reencuentro, en el instante que mis párpados permiten a mis ojos la sublime visión de su presencia, no puedo volver a conciliar el sueño.
Podría pasar horas surcando los limites de su tersa piel. Recorrer centímetro a centímetro buscando un nuevo horizonte que acariciar, que besar, que morder. Trazar líneas uniendo los tres lunares situados sobre su omóplato izquierdo se convierte en mi pasatiempo favorito.
Me encanta deslizar una y otra vez la yema de mis dedos por su fino cuello, todo en el me resulta erótico, sensual, provocador...
Hundir mis dedos entre sus cabellos es a la par reparador y vivificante, sentir las ondulaciones de su pelo enredarse en mi mano me transportan al mismísimo cielo.
Colocadas cual pinceladas sobre un lienzo por el mas sublime de los artistas, sus dulces, apetitosas y pequeñas orejas son un lugar de encuentro entre mi boca y su anatomía, disfruto de apretar ligeramente su lóbulo entre mis dientes. Le encanta que ligeramente  le tire de sus orejas, emitiendo a pesar de su cálido dormir, un ligero pero profundo suspiro.
No puedo evitar besarla una y otra vez, algunas veces mas dulce, otras mas apasionada, a lo que a pesar de estar ella entregada a los placeres de Morfeo contesta con pasión entregando sus labios a un frenético encuentro  con los míos. 
Sus pechos sin duda son una de las mayores delicias de su angelical figura.
Besar, acariciar, chupar, amasar, morder, dejan de convertirse en simples acciones humanas para convertirse en actos sagrados, donde devota me entrego a la divinidad de mi diosa.
Nosotras no nos conocimos nunca, simplemente nos reencontramos, su piel conocía perfectamente mis manos desde el primer momento que se posaron sobre ella.
Tengo ganas de ir al baño pero no pienso dejar en este momento la cama, el único objetivo es disfrutar de cada instante como si fuera el ultimo, sabiendo que cada instante pasara para no volver mas.
El sonido de la puerta abriéndose me devuelve a la realidad, recordándome que seguíamos en este planeta con todos los demás seres humanos.


Conociéndolas se perfectamente que no se habrán separado en toda la mañana y casi seguro que muy lejos no estarán. Casi seguro solo cabrán dos opciones cama o tronco así que muy complicado no será localizarlas.
Me dispongo hacia la cocina, dejo las botellas sobre la estantería superior, aprovechando para coger un vaso y ponerme un poco de agua, el sofocante calor del medio día hace mella en mi, siento como mi piel esta completamente empapada, la camiseta pesa tres veces mas de lo normal, el camino de llegada es un estupendo ejercicio, pero a esta hora, mejor estar bien hidratado. Tras poner una lavadora con las nuevas toallas, me doy una rápida pero muy reconfortante ducha con la manguera del porche, cuando mas disfrutaba con la sensación de la cálida agua, me doy cuenta de mi increíble despiste al dejar en el bolsillo de mis bermudas la cartera y el juego de llaves, las llaves eran los de menos pero en la cartera tengo un par de teléfonos apuntados que me serán necesarios en los próximos días, en fin, nada que no pueda resolver volviendo al pueblo en algún momento.
Tras sacar ambas cosas, sigo refrescando mi cuerpo hasta estar a la temperatura habitual y dejar de sudar con fuerte intensidad. Una vez acabado es sublime sentir el aire caliente pasar por la ropa mojada, continuando la increíble sensación de frescor proporcionada por el agua.
Prefiero entrar seco en la casa así que decido dejar mi ropa secándose en el tendedero. Justo antes de entrar doy algunos saltos sacudiendo a ambos lados la cabeza procurando quitar la mayor cantidad de agua de mi largo pelo. Desnudo con las llaves y la cartera en la mano entro en casa, me siento altivo y con ganas de comerme a mi amada Aruna y si es preciso, sin tener que hacerme rogar demasiado también a nuestra querida Bianca, una vez comprendido que el amor es mucho mas que un cúmulo de compromisos e imposiciones sociales, entregarse al goce y deleite de manos de tan gloriosas ninfas sensuales es sin duda un placer al alcance de muy pocos varones.

-        Philippe! Que tal por el pueblo? – la melodiosa voz de Bianca penetra mis oídos delicada a la vez que enérgica – oí la puerta y el agua correr, Aruna esta completamente dormida, te apetece bajar al rió?
-        Mira igual esta hasta bien tomarse un buen baño antes de la comida, de camino recogemos algo de fruta
-        Perfecto, recojo un par de pareos y bajamos

El efusivo beso en mis labios me recuerda quien es ella y el poder que es capaz de ejercer sobre el común de los mortales, su arrolladora sexualidad ejercía cual poderoso imán, atrayendo sobre si misma la atención de cualquiera, mujer u hombre, que posara su vista sobre su imponente presencia.
-        Voy a dar un beso Aruna, enseguida te alcanzo por el camino
-        Ok pero déjala descansar que nos quedan un par de días intensos

Su figura reposa dulce y calmada, puede olerse un intenso olor a sexualidad femenina, reflejo innegable de la entrega a tan gustoso deleite que es el encuentro de ambas, con la cabeza descansando sobre la almohada, su cara iluminada y relajada esboza una amplia y cálida sonrisa, me encanta observar toda su belleza y podría pasarme horas disfrutando de ella, pero los silbidos tan reconocibles que siempre realizaba Bianca cuando nos comunicábamos sin querer utilizar palabra alguna me recuerdan sus ultimas palabras, dejando brevemente mis labios reposar sobre los suyos puedo disfrutar de la increíble calidez que emite su boca, sin duda la sesión con nuestra exótica amiga fue de gran vigor. 


El agua del rió baja cristalina, tras las escasas lluvias de los últimos días el caudal a perdido intensidad, dando lugar a unas aguas calmas y sosegadas. El medio día ejerce su influjo sobre todos los seres vivos de los alrededores, provocando un momento de especial silencio, solo el vibrante sonido provocado por insectos similares a las chicharras, surca el aire hasta nuestros oídos, ya que la lentitud con la que baja la corriente de aguas, prácticamente hacia que fuera un movimiento casi inaudible.
Sin pensarlo dos veces me zambullo sobre las aguas mas profundas de la poza principal, cuantas tardes habíamos echado moviendo las piedras del fondo a base de sumergirnos buceando para depositarlas todas en medio del cauce construyendo nuestra piscina privada para nuestro retiro.
Muy seguida Bianca se lanza tras de mi, entrando sus manos en el agua casi detrás de mis pies, justo mientras buceo estirando al máximo cada músculo de mi cuerpo, pude sentir como sus brazos rodean mi torso en un rápido y preciso movimiento, sus pechos se aprietan contra mi espalda y el resto de su anatomía se aferra por ejercer el máximo contacto posible con cada centímetro de mi cuerpo.
Detengo mi desplazamiento, dirigiéndome hacia la superficie con tan singular polizonte sobre mi espalda. Salimos ambos tomando una amplia bocanada de aire en el preciso momento que nuestras caras cruzaron la línea entre los dos mundos.

-        Que bien te lo pasas.....
-        Tu ya no disfrutas con mi compañía?? – utiliza un tono de voz roneante y sumiso.
-        Claro mujer, como no... – girándome sobre si mismo, ella queda completamente impasible no importándole como de costumbre la cercanía no solo de nuestros rostros, si no también de nuestros sexos.
-        No te apetece darme un buen beso??
-        Como no, pero ya sabes que yo prefiero que este Aruna presente...
-        De veras crees que le importe?
-        No es que a ella le importe es que yo lo prefiero...
-        Philippe siempre tan serio y tan formal...disfruta un poco y relájate hombre

No era una mujer de mucho pensar, o tal vez lo tenia muy meditado, pero sumergiéndose cual sirena princesa de los mares, lleva su rostro hasta mi pené introduciéndolo casi por completo en el interior de su boca, era increíble la sensación de su boca llena de agua, no sabia cuando esta mujer podría dejar de sorprendernos, parece no afectarle para nada esta situación y continua estimulándome con una facilidad asombrosa. Sobreexcitado comienzo un leve movimiento de mis caderas, la creciente erección pugna por abrirse paso mas allá de su acogedora boca. Mis manos en un gesto mas de preocupación por ella que por mi propia excitación, se sitúan bajo sus axilas invitándola a salir del agua, pero ella insistente, continua aferrándose con mas y mas pasión sobre mi descomunalmente excitado miembro.
Sale fuerte y decidida, mostrando su brillante presencia, el agua cae desde su cabeza hasta sus hombros dejando su pelo completamente estirado. Situándose nuevamente su tez frente a la mía, me abraza de nuevo situando en esta ocasión su dulces labios sobre mi cuello, a la vez que comenzaba a frotar su potente sexualidad sobre la zona baja de mi vientre buscando sin vergüenza ninguna que mi sexo penetrase pronto en lo mas hondo de ella.
La conocíamos hace años pero su intensidad nunca podía dejarte indiferente.

-        A que esperas? Hazme palpitar, quiero estremecerme contigo, aunque nunca te lo creas, los escalofríos que me haces sentir nunca los encontré con ningún otro hombre y en este momento te quiero todo para mi, no te deseo compartir.
-        Es que como siempre estas de broma....
-        Electrízame, atraviesa mi ser, eleva mi temperatura....

Tras esas palabra todo mi cuerpo solo piensa en una sola acción,  hundir cada centímetro de mi sexualidad, dura y vigorosa, entregándole cada pedazo de mi hombría en busca de el placer de tan sublime y felina mujer. Todo mi cuerpo se concentra, súbito y duro agarro sus caderas apretando ferozmente hasta estar completamente en su interior.
Nuestros ojos se enredan entre si, costando discernir si luchan o se aman.
Una sonrisa traviesa aparece en sus labios. Mis manos firmes, se adhieren separando sus nalgas, impulsando una y otra vez su cuerpo sobre el mío. En su rostro se vislumbra el gran deleite provocado por tan exquisito momento.
La humedad del agua lubrica nuestros sexos, provocando un delirante ritmo donde ambos gozamos plenos de nuestros sentidos.
Tras retroceder hasta una zona de agua mas bajas, quedando a la altura de nuestras cinturas, entre mis brazos se estremece y convulsiona, dejando su cuerpo caer hacia atrás, realizando sensuales y gráciles movimientos con sus brazos sobre la superficie del agua. Los duros latigazos que realiza tienen como epicentro la voluptuosidad de su vulva sobre mi pene. El extremo ritmo que impone consigue sacar cada gota de mis testículos, desbordando en grueso caudal en lo mas profundo de su cueva.

Entre risas secamos nuestros cuerpos al sol, disfrutando del tórrido poder de sus rayos, ya que en pocos sitios puedes disfrutar de tal momento con total plenitud. Una vez secos, Bianca agarra uno de los pareos y comienza a preparar una suerte de petate con el que recoger los bienes de nuestro intimo paraíso. Poder regodearme en la recogida de los frutos tropicales, para despertar Aruna con un manjar digno del Olimpo, es un bien del que no me cansare nunca. La tremenda habilidad que muestra nuestra felina amante elevando su cuerpo por los troncos erectos de los gigantescos mamaos, revela sin duda una vida plena rodeada de entornos naturales, donde recolectar y manipular infinidad de frutos es un conocimiento de importancia singular. El buen humor es un rasgo característico de la forma de ser con la que Bianca afronta la vida, realizando sugerentes movimientos que no tenían nada que envidiar a las mas afamadas showgirls de la ciudad del pecado, Las Vegas, continuamos tan hermoso día entre risas y bromas.
Una vez conseguida la captura de tan jugosos frutos y colocarlos en el petate sobre mi espalda, haciendo un uso extraordinario del facao, rápidamente pone en mis manos un par de hermosos abacaxis. La visión de su cuerpo desnudo en tan salvaje entorno es una verdadera delicia para mis ojos, verla agacharse una y otra vez es un fenómeno difícil de acostumbrarse, la increíble belleza de sus curvas fuertes y esculpidas no es visión común, salvo en zonas con climas similares a este donde el calor continuo favorece lucir lo mas intimo de nuestra belleza. Algunas acerolas y uvas compondrán el cuerpo principal de tan suculento desayuno. Solo faltaban un par de hermosas bananas y prácticamente estaríamos listos. Justo llegando a la casa un par de fastuosos árboles del cacao nos ofrecían sus dulces y sensuales frutos, pasando por la pequeña huerta que ocupaba toda la zona trasera del porche ocupado por nuestro gran tronco, aquel que nos acoge y deja al descubierto nuestra verdadera personalidad, donde nuestro lado salvaje toma el control, recogimos algunos frutos mas como pepinos, sandia y fresas.


- Hoy muy posiblemente, después de dar cuenta de tan exquisito festín no queden ganas para una tostada con mermelada – ofreciéndome la mas excitante de sus sonrisas guiñando su ojo izquierdo como solo ella es capaz de hacerlo.

Wald Elfi